17 marzo 2025

Raquel Toba, jefa del Servicio de Pediatría de Policlínica Gipuzkoa: «La enfermedad Boca-Mano-Pie puede contagiarse incluso antes de que aparezcan los síntomas y días después de haberse curado»

Raquel Toba, jefa del Servicio de Pediatría de Policlínica Gipuzkoa, explica que para evitar su propagación es fundamental extremar las medidas de higiene, como lavarse las manos con frecuencia, usar pañuelos desechables y desinfectar superficies

Ampollas en la boca, sarpullidos en manos y pies y un contagio imparable entre los más pequeños. La enfermedad Boca-Mano-Pie, provocada por los virus Coxsackie, es una de las infecciones más comunes en la infancia, especialmente entre menores de 1 a 3 años de edad. Aunque suele ser leve, sus síntomas pueden generar malestar y afectar la alimentación de los niños. Raquel Toba, jefa del Servicio de Pediatría de Policlínica Gipuzkoa, explica cómo reconocerla, tratarla y prevenir su propagación.

El virus puede producir fiebre, malestar general y falta de apetito. Sin embargo, su signo más característico es una erupción en forma de pequeñas ampollas que aparecen dentro y fuera de la boca (paladar, encías y lengua), en las manos y los pies, afectando tanto palmas como plantas. En algunos casos, también pueden extenderse a las piernas y la zona glútea. Estas lesiones no provocan picor y suelen desaparecer en una semana.

El virus Boca-Mano-Pie se transmite de persona a persona a través de la saliva, mucosidad y heces, además de poder sobrevivir en objetos como pañuelos o juguetes. «Los niños pueden contagiarlo incluso antes de que aparezcan los síntomas, durante la enfermedad y algunos días después de haberse curado«, explica Raquel Toba.

La jefa del Servicio de Pediatría de Policlínica Gipuzkoa subraya que, para prevenir su propagación, es fundamental extremar las medidas de higiene, como lavarse las manos con frecuencia, usar pañuelos desechables y desinfectar superficies. También se recomienda evitar la asistencia a la guardería o el colegio si el niño presenta fiebre o dificultad para comer. Actualmente, no existe una vacuna para esta enfermedad.

¿Cuándo acudir al pediatra?
Es importante acudir al médico para confirmar el diagnóstico, ya que existen otras enfermedades con síntomas similares, pero de distinta evolución. «Siempre se debe consultar al pediatra si el niño presenta un mal estado general o no puede comer o beber debido a las lesiones en la boca», subraya la especialista. No obstante, aclara que las complicaciones son poco frecuentes.

El tratamiento de esta infección es sintomático, es decir, se enfoca en aliviar los síntomas sin curar la enfermedad en sí. Para ello, se recomienda el uso de antipiréticos y analgésicos en caso de fiebre o malestar.

Alrededor de un mes y medio después de la infección, pueden aparecer pequeños surcos en las uñas de las manos e incluso llegar a caerse. «No requiere tratamiento, ya que las uñas vuelven a crecer con normalidad, señala la doctora. A largo plazo, el contacto con el virus genera inmunidad en los niños.

La enfermedad Boca-Mano-Pie es una afección común en la infancia, pero con los cuidados adecuados y medidas de prevención, puede controlarse sin grandes complicaciones.